lunes, 23 de octubre de 2017

Primavera Club 2017: el futuro al descubierto [crónica Madrid]

Víctor Sánchez - 20-21 de octubre de 2017
- Hora: 18:00 -Lugar: Primavera Club (Madrid) -Promotor: Primavera Sound 
Público: Casi lleno


The Breeders llenaron el Unexpected Primavera de Madrid

El futuro se hizo presente. Un generoso puñado de bandas llamadas a representar la escena cultural de los próximos años ha recalado en Madrid y Barcelona este fin de semana para mostrar a qué sabe el futuro, o así es como definía la organización del Primavera Club la edición de este año, que ha contado con increíbles propuestas, otras que no han terminado de cuajar y una agradabilísima sorpresa: el regreso de The Breeders a Madrid.


- VIERNES

El viernes, el Teatro Barceló /y sus brazos extensibles El Cielo de Barceló y la sala But/ fueron la sede escogida para el regreso del Primavera Club a Madrid, que desde 2012 no pasaba por la capital.

Smerz/Madrid
Una jornada de apertura que no consiguió el sold out, aunque se dejaron pasar por las tres salas decenas de curiosos ávidos de carnaza fresca. Como Smerz, la propuesta de las jovencísimas Henriette y Catharina. Este dúo noruego llegaba a Madrid para ofrecer una visión renovada del R&B con demasiado sabor nórdico: sórdido, diferenciado y sin la magnificencia del ala americana.

Con algo más de público, el británico Blanck Mass llenaba el Teatro Barceló de tralla, luces estroboscópicas y densidad atmosférica. Un set bastante cañero que pilló de improviso a los asistentes, bastante serenos, como era lógico por la hora que era.

El norteamericano Gabriel Garzón-Montano celebrara en castellano su estreno en Madrid. El neoyorquino de ascendencia colombiana y francesa era uno de los nombres más notables del cartel. Defendió con un notable el sonido en directo de 'Jardín' en un concierto en el que mostró su portento vocal y su capacidad de aunar, de forma maravillosa, estilos tan dispares como el soul, el funk y la cumbia.

Amber Coffman/Madrid

Una pista calentada para la llegada de, quizá, el nombre más reconocido del line up: Amber Coffman. La que fuera miembro de Dirty Projectors sacó las cartas de su estreno como solista y no le fue nada mal. Brillo matinal, preciosas armonías vocales y una interesante historia que contar a través de los versos escritos en 'City of No Reply'.

The Breeders/Madrid
Y llegó el momento, ya cruzados a la madrugada del sábado, la sesión Ochoymedio de la sala But celebrará el 'Unexpected Primavera' con The Breeders al frente. La formación de Kim Deal llenó la sala para celebrar los maravillosos años 90'. Casi hora y media de goce y disfrute con temazos extraídos de discos como 'Pod' o 'Last Splash' y su particular interpretación de The Beatles sonando a skatepark.

The Breeders hizo recordar a todos los asistentes el buen sabor de una de las décadas más celebradas y añoradas. Chapó Deal y compañía. 


- SÁBADO -

Clap! Clap!/Madrid
La jornada ecuador del Primavera Club traía a Madrid el grueso del cartel, con actuaciones programadas en el Teatro Barceló, El Cielo y la sala Taboo. Con algo más de público que la anterior tarde, el Cielo de Barceló esperaba la aparición de PAULi. El set del rapero londinense empezó con algo de retraso y un ambiente frío, que cogió temperatura con los primeros temas del artista. Subió a bailar a algún espectador al escenario, le cantó mucho al amor y se posicionó al elegir una sede del Primavera Club mejor que la otra. ¿Diría lo mismo en Barcelona?

El productor Clap! Clap! fue, probablemente, el vencedor de la fiesta de este año. El italiano Cristiano Crisci y su banda pusieron a bailar a todos los presentes en el recinto madrileño. Conjugó casi a la perfección los verbos musicales de sus discos. La esencia tropical, el tribalismo rítmico de sus composiciones y su espídica interpretación brillaron por encima de los fallos técnicos, las baterías apenas microfoneadas y los vaivenes de los tempos.

De vuelta al cielo, Gold Connections tenía la presión de estar a la altura que le exigían las previas de la prensa, que ponían a Will Marsh entre las cuerdas de coronarse como la promesa asegurada. Futurólogos entre el público no creemos que abundasen, lo que sí había -y se compartía- era la certeza de estar ante una sólida propuesta musical, que aunque no haya descubierto nada nuevo, lo que hace, lo hace con gusto y acierto.

Superorganism/Madrid

En la sala principal del Barceló nos aguardaba la seductora puesta escénica de Superorganism, el proyecto multinacional de unos jóvenes atrapados en la era multimedia. Porque, a parte de cantar bien, la idea de Orono y los suyos de llenar los cerebros de la gente con ilustraciones infantiles de todos los gadgets y tópicos de Internet, no tenía mucho más.

Una sorpresa, sí, pero quizá no tan positiva como lo que querían transmitir con los colores de sus chubasqueros, las citadas visuales y las gafas 3D de la de Maine. El público, tras acostumbrarse a los estímulos que trajo Superorganism, se iba dispersando en conversaciones y visitas a la barra. 

En cambio, las cenizas de The Saurs parecen haber renacido con aún más fuerza. Medalla, que tocaban por vez primera en Madrid, cerraron un bolazo que se merecía otro escenario, más grande, espacioso y que permitiese al público descubrir los rostros de los integrantes de este cuarteto barcelonés.

Para cerrar la noche en Barceló, Cocaine Piss y su atrevida actitud punk, que divirtió al público, llenó de sudor y cerveza el ambiente y dejó para las siguientes horas el agudo tono de su frontwoman en nuestros tímpanos.


- DOMINGO -

El Primavera Club se mudaba a la Joy Eslava y allí descubrimos que la fusión méxico-alemana es una muy buena idea. Camila Fuchs, el dúo Camila de Laborde y Daniel Hermann-Collini se estrenaba con una agradable inmersión en lo analógico. La cacharerría esparcida en la mesa de Camila Fuchs se fusionaba con la espléndida voz de la mexicana, que, a parte de recordarnos a Björk, Hana o Karin Dreijer, nos introdujo a un ritual umbrío muy atractivo.

Tras esta genial dosis que curó la resaca a muchos de los asistentes, llegó la actuación más bizarra, atractiva, loca y desfasada de todo el line up. Los bisoños Starcrawler acojonaron, literalmente, al público de la Joy durante su set de poco más de 40 minutos.

Starcrawler/Barcelona
Irreverente, descarada y desafiante, con alguna perlita obscena. Así fue el comportamiento de la atractiva/repelente Arrow de Wilde, líder de un grupo que representa la nueva hornada del rock más clásico. 

Las canciones eran esas cosas que se iban sucediendo mientras la gente no quitaba ojo al acting de la it girl, que vestía una coquilla brillante, una camiseta al límite del desnudo y falsa sangre por todos lados. Por mucho que el guitarrista quisiera mostrar su virtuosismo, sus patadas al aire made in Pete Townshed o la propuesta musical de la banda que ha defendido hasta Elton John, Arrow lo era todo.

Al marcharse, no defraudó. Acompañada de un rock 'n' roll frenético, la líder de Starcrawler saltó al foso para empujarse, comerle la boca a Pucho de Vetusta Morla y acojonar hasta al más valiente. Una dosis de espectáculo, grandilocuencia escénica y demasiados estímulos como para no comentarlos durante las siguientes horas.

Y el Primavera Club se despedía de Madrid, esperemos que hasta el año que viene, con un acierto redondo: Yellow Days. Un chaval comparado hasta la saciedad con King Krule, que en la noche del domingo demostró tener su propio sitio en el mercado.

El rubio George van den Broek y su banda lucieron las líneas sintéticas de su particular visión romántica del soul. Acompañados de unas preciosas visuales, repetidas durante todo el set, los de Haslemere mostraban que no merecen la etiqueta post. van den Broek avisaba que su voz estaba algo tocada, quizá por eso abusó de pequeños gritos al final de cada frase. Una contra fácilmente perdonable porque, por lo demás, lo puso muy fácil. Impecable concierto que certificó a Yellow Days como el futuro que ansiamos. 
Yellow Days /Barcelona

*Todas las fotos son propiedad de Dani Cantó y Alba Rupérez. Cedidas por el Primavera Club.

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