jueves, 27 de noviembre de 2014

tUnE-yArDs, magia y carisma sobre las tablas de un entregado Teatro Lara

Víctor Sánchez-p - 26 de noviembre de 2014- Hora: 22.30 
-Precio: 22 euros -Lugar: Teatro Lara (Madrid) -Promotor: Voces Femeninas - SON EG
Público: Lleno


 Miércoles, 22.30 horas, Madrid celebraba la noche de la mujer sobre el escenario. Por un lado, la capital vivía el concierto de St. Vincent, una de las artistas indiscutibles del año, y por el otro, dos propuestas casadas bajo la oferta del ciclo Voces Femeninas: tUnE-yArDs y Ólöf Arnalds.

 La islandesa abría una noche que rendía homenaje a Aretha Franklin en un Teatro Lara completo. La cantante, acompañada por Skúli Sverrisson a la guitarra, ofreció un set íntimo, escueto y más sosegado, incluso, que el que ofrecía cuando formaba parte de múm.

 La mezcolanza de los temas en inglés e islandés /idioma totalmente ilegible pero hipnótico/ hizo de este set un pasaje tranquilo hacia lo que estaba por llegar, el terremoto Merrill Garbus.

Ella misma y su banda tUnE-yArDs dispusieron el escenario para afrontar un set que dejaría boquiabiertos a todos los presentes. Ya sobre las tablas, con una escena intimista y una iluminación sencilla, la banda no necesitaba de más detalles que el que acoge su música. Una creación completa de melodías vocales que juegan con la disonancia, los medios tonos y lo espectacular de su arte para arrancar el primero de muchos aplausos vividos en la noche del miércoles. 

El cuerpo te pedía ponerte de pie, aún estando en un lugar idóneo para vislumbrar la cultura desde tu butaca, porque la banda hizo de su set un torbellino. No abandonaron a la suerte del olvido los mejores temas de sus tres discos, intercalando las canciones de 'Bird Brains', 'Whokill' y 'Nikki Nack', el que venían a presentar.

Entre 'Sink-O', 'Real Thing', 'Time Of Dark' o 'Gangsta' imposible escoger una favorita. Ciertamente, y echando un vistazo a algunas de las actuaciones que hay recogidas de la banda en Internet, la de la noche en Madrid se puede decir que fue una de las más perfectas, vocalmente hablando. Dieron en el clavo.

Además, Merrill se esforzó por conectar con el público tanto en su interpretación como en las divertidas locuciones que mantenía en castellano. La de Nueva Inglaterra se metió al respetable en el bolsillo, en las mangas doradas de su vestido bizarro y entre loop y loop, el caso es que todos disfrutaron tanto que en el momento final, los aplausos y golpeteos sobre las tablas del teatro hubieran pasado los límites legales de un sonómetro.

Tras la mágica y alargada 'Bizness' /que sucedió al single 'Water Fountain'/ la formación salió al escenario para finiquitar el set con un tema más. Hasta la propia Ólöf quiso empaparse de ese entusiasmo que vivía el público bajando hasta el centro del patio de butacas y disfrutar del cierre de Merrill y compañía, del que pronto, esperamos, haya una réplica.

Ahora le toca el turno a Galicia.



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