lunes, 23 de enero de 2012

Moonfire - Boy & Bear


Disco: Moonfire
Grupo: Boy & Bear
Discográfica:  Universal Republic Records, Island Records Australia, Communion Records
Fecha de publicación: 23.01.12 
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-Víctor Sánchez-






 El debut de Boy & Bear, un quinteto procedente de Sydney, sale con fuerza gracias al repunte del nuevo folk. Una marca patente que se está colocando como género imprescindible gracias a bandas como Mumford & Sons, Edward Sharpe & The Magnetic Zeros o artistas como Laura Marling y Johnny Flynn. De esta generación también son parte Boy & Bear, que además de compartir el género de los citados grupos /o parte de la esencia, ya que los australianos sí utilizan elementos de otros géneros con órganos hammond y guitarras eléctricas/, han participado activamente en las giras de estas bandas por el continente oceánico.

 El disco, que desde agosto está en las calles de Norteamérica, Australia y N. Zelanda, llega a Europa para mostrar que en la tierra Sahul también existe esencia alternativa muy digna de mencionar. El debut está producido y grabado por Joe Chicarelli /The Strokes, U2, The Shins.../ y ha cosechado un éxito notable, llegando a obtener cinco galardones ARIA /premios de la industria musical australiana/.

 Con 'Lordy May', tema que abre el conjunto de 11 canciones, es imposible no asociar ese inicio al del mejor álbum de Noah And The Whale, 'The First Days Of Spring' /Mercury Records, 2009/, siempre salvando las distancias. Dave Hosking, líder de Boy & Bear, recrea un sonido más melódico en el que busca los cambios marcados entre estrofas. Con el segundo tema y premiado single, 'Feeding Line', B&B consiguen aunar fuerza y melodía en un tema que rompe en silbidos más que pegadizos y que alegran cualquier desdicha.

 El antes mencionado órgano hammond toma especial protagonismo en el tercer corte del largo, 'Milk & Stilks', que cumple los cánones de sinfonía contemporánea con tres tiempos en el que se diferencia un comienzo encaminado a la ligereza, el cuerpo sólido del tema y el marcado final.

 'My Only One' invita a buscar junto a la formación el amor que anhelan con su letra, los coros dan carga conmovedora al asunto y crean una partitura que -psicológicamente- te invita a caminar errante entre la melodía. El banjo es el intérprete de 'Percy Warner Park', un interludio dentro del álbum de un minuto escaso de duración. 'Golden Jubilee' tontea con ritmos folk-country y sonidos sureños /probablemente fruto de su estancia en la capital de rock, Nashville, lugar de grabación del álbum/.

 El resto de cortes muestran la importancia de la voz frente a la carga compositiva, que sirve de fiel guía a unas voces comparables a los floridos coros de Mumford & Sons /sin el increíble desgarro vocal de Marcus Mumford/ que los convierten en el máximo exponente de este nuevo género en la tierra del Didgeridoo.

 Escúchalo en Spotify.

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